En nuestro último día en la capital austriaca, visitamos sus principales enclaves del centro histórico: la Catedral de Viena, la Cripta Imperial, la Biblioteca Nacional, la ópera, la Iglesia de San Carlos Borromeo, Hundertwasserhaus y el Parque Prater. Todo ello a pie y con algunos traslados en UBER.
Catedral de Viena.
Desde el apartamento caminos hacia la calle Favoritenstraße para desayunar y acercarnos poco a poco hacia el centro. De esta forma el UBER nos saldrá más económico hasta el casco histórico.
Una vez en la plaza de San Esteban veremos la catedral de Viena, que lleva el mismo nombre que la plaza. Esta es la iglesia principal de la archidiócesis de Viena y la sede de su arzobispo. Está plagada de turistas y de vendedores de tours y espectáculos para diferentes óperas. La catedral abre de 06:00 a 22:00 horas y la entrada es gratuita. Tan sólo tendrás que pagar 5,50€ para acceder a la zona central con audioguía, 5,50€ para ver las catacumbas, 4,50€ para subir a la Torre Sur y 5,50€ para subir a la Torre Norte donde se encuentra la Campana Pummerin. Si quieres verlo todo, la entrada completa con audioguía son 14,50€.
Cripta Imperial de Viena.
A 5 minutos de la Catedral de Viena se encuentra la Cripta Imperial (también llamada Cripta de los Capuchinos). Aquí descansan los restos de la realeza austriaca y sepulturas que datan del año 1963. Hay más de 150 sarcófagos, el más visitado, el del emperador Francisco José. ¡La visita merece mucho la pena!
La Cripta Imperial abre de 10:00 a 18:00 horas y el precio por persona es de 7,50€.
Biblioteca Nacional Austriaca.
Desde la Cripta Imperial llegaremos en 5 minutos a la Biblioteca Nacional, considerada una de las bibliotecas históricas más bonitas del mundo, con estanterías de madera de castaño en las que se conservan más de 200.000 libros impresos entre los años 1500 y 1850. El horario de apertura es de 10:00 a 18:00 horas y el precio por persona es de 8€.
Ópera de Viena.
Muy cerquita de la Biblioteca se encuentra la Ópera de Viena, centro neurálgico de la vida musical vienesa y uno de los polos de atracción del mundo musical. Aquí tenéis dos opciones: realizar una visita guiada por su interior o asistir directamente a una ópera.
En nuestro caso, la visita guiada no pudimos hacerla porque justo coincidió con un día raro en el que se habían cancelado por motivos que desconocemos. No obstante, en la taquilla nos informaron que para ver la ópera del día, las entradas estaban agotadas, pero acudiendo a las 18:00 de la tarde a la taquilla que se encuentra en el otro extremo, sacan a la venta unas entradas muy baratas (unos 10€) para ver la ópera de pie en el gallinero. Sin duda, esta opción sale casi igual que la visita guiada, pero tienes que hacer la cola y no ir en chándal (¡requisito imprescindible!).
Iglesia de San Carlos Borromeo.
Tras el fallido intento de ir a la Ópera, continuamos nuestro recorrido hacia la Iglesia de San Carlos Borromeo, un sorprendente edificio religioso con una imponente cúpula.
Seguimos caminando hasta llegar a Hundertwasserhaus, un complejo residencial construido entre 1983 y 1986 con un aspecto muy original: parece un colorido rompecabezas, obra de un niño, en la que los suelos no son rectos, sino ondulados, y donde en el interior de las habitaciones crecen árboles nuestras ramas asoman por las ventanas.
Prater.
Montados en otro UBER llegamos a uno de los parques de atracciones del mundo, cuya noria de 60 metros de altura es uno de los símbolos de la ciudad. La entrada al Prater es gratuita y sólo tienes que pagar las atracciones en las que te montes (aunque también tienen un bono para montarte en X atracciones). ¡OJO! ¡Algunas son bastante extremas!
Y hasta aquí nuestro road trip por Austria. ¡Esperamos que os haya gustado y os sirva de guía para vuestros viajes!