Séptimo día de nuestras vacaciones por Noruega. Nos vamos acercando al final, pero aún queda visitar uno de los fiordos más famosos de la zona: el Geiranger.
Antes de este fiordo, tenemos prevista una parada en el mirador Dalsnibba Mountain Plateau pero la niebla nos impide llegar y tenemos que omitir la parada. Al que sí subimos es al mirador de Flydalsjuvet desde donde apreciaremos la belleza del fiordo de Geiranger.
Cuando buscamos información sobre este fiordo, no es raro encontrarse siempre con la misma foto que se hacen algunos valientes y que por supuesto nosotros también vamos a intentar. Gracias al blog Sombras de tinta encontramos el punto exacto para hacer la famosa foto (después de varios intentos). Os mentiríamos si os decimos que es fácil encontrar los dos puntos: el punto en el que se tiene que poner el que hace la foto y el punto en el que se pone el que va a salir en la foto. Bautizamos este momento como el de la “foto peligrosa”, pues ambos nos jugamos la vida, pero el resultado fue mejor de lo que esperábamos.
Después de realizar la “foto peligrosa”, subimos en coche a otro mirador, el de Fossevandring Geiranger, para ver el fiordo desde otra perspectiva y después bajar al pueblo a dar una vuelta por el pueblo y por las tiendas. Nos llama la atención que casi todos los vehículos de la zona son eléctricos y hay muchos detalles en favor del cuidado del medioambiente.
Comemos unos bocatas y a las 14:00 nos embarcamos de nuevo en un crucero por el fiordo de Geiranger (esta vez sin el coche) con audioguía en español en el que conocemos más detalles sobre la historia de esta maravilla de la naturaleza.
Una vez finalizada la jornada en el Geiranger, ponemos rumbo al hotel, pero hacemos una parada en el Loen Skylift. El día ha mejorado y no podemos irnos de Noruega sin subir a este teleférico. Sin duda, uno de los más modernos de los que hemos montado. Las vistas son impresionantes.
Tiene un restaurante en la cima de la montaña, pero no nos llega el presupuesto, así que nos vamos al hotel Lyngmo Gjestehus y por el camino paramos a picar algo de cena.
Nuestras últimas horas en Noruega se reducen a abandonar el hotel al día siguiente y conducir hasta el aeropuerto de Bergen donde devolvemos el coche de alquiler y cogemos nuestro vuelo hacia Madrid con escala en Londres a las 11:50 horas.
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