En nuestro tercer día de safari por Tanzania vamos a pasar las últimas horas en el Parque Nacional de Serengeti. Por este motivo, madrugamos algo más de lo habitual para aprovecharlas bien y disfrutar de los encantos que nos presenta la «llanura sin fin». La escasez de caminos y el estado de los mismos suponen una ralentización del viaje, por ello el tiempo se convierte en un factor fundamental. Si quieres encontrar cosas interesantes, hay que sacrificar horas de sueño y recuperaras durante los trayectos en jeep (lo normal es ir echando cabezadas entre parada y parada).
A las 07:30 horas comenzamos la ruta encontrándonos paulatinamente una gallina faraona de Guinea, un damán de roca, varias jirafas y un antílope eland (¡nada mal para empeza!).
Al poco tiempo de comenzar el safari de hoy divisamos unos cuantos jeeps parados junto a un árbol. Eso, en la psicología de los safaris, viene a significar que algo gordo está pasando. Efectivamente, una pareja de guepardos era el centro de atención.
Estaban muy cerca. Por un momento, llegamos a pensar que podrían subirse a la parte de arriba del jeep tal y como habíamos visto en un vídeo viral que circula por redes sociales. Sin embargo, nosotros no éramos su presa. La estaban divisando a escasos metros de nosotros. De repente, los guepardos empezaron a correr para cazar cada uno de ellos una gacela Thompson.
Nuestro conductor reaccionó de inmediato y los persiguió con el jeep. Así fue cómo presenciamos en primera línea a los guepardos devorando sus presas. Todo ello justo enfrente de nosotros.
Después de esta inyección de adrenalina, encontramos a muy pocos metros una manada de elefantes comiendo y paseando entre nosotros. La verdad es que no esperábamos ver tantos elefantes en Serengeti, pero nos fuimos con una buena dosis.
Por si fueran pocos animales en tan pocas horas, siguiendo nuestro camino nos encontramos con una coalición de leones macho descansando. Tomamos posiciones a dos metros de ellos y conseguimos unas fotografías espectaculares, captando el momento en que el león se levantaba para cambiar de sitio y bostezaba.
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Alrededor de las 11:00 horas, emprendemos el viaje para salir del Parque Nacional de Serengeti. Para ello, hay que atravesar de nuevo el Área de Conservación de Ngorongoro. Por el camino vemos varios poblados masais, además de cebras, cabras, corderos, burros, camellos y el famoso chacal de lomo negro. Estos animales forman parte de la ganadería de subsistencia de los masais, ya que son su principal fuente de alimentación.
Al pasar de nuevo por Ngorongoro, hicimos una parada en el mirador para poder contemplar y fotografiar la panorámica del cráter, ya que el primer día de safari nos fue imposible por la niebla.
Desde este punto, aún nos queda 1 hora de viaje hasta Mto Wa Mbu (más conocido como «río de mosquitos») un pueblo situado en la carretera para visitar Ngorongoro y Serengeti. Antes de llegar, paramos a comer en un merendero situado junto a Marera Village Gallery, un complejo de tiendas de souvenirs (donde no compramos nada debido a sus desorbitados precios).
Sobre las 17:00 horas llegamos a Mto Wa Mbu donde hacemos noche en el hotel Twiga Lodge, donde pudimos descansar un poco del frenético ritmo con el que se ha ido desarrollando el safari.
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