Después de dos jornadas intensas explorando Petra —contemplando El Tesoro en soledad, conquistando miradores imposibles y dejándonos seducir por la magia de Petra by Night— tocaba cambiar de escenario. El sexto día nos esperaba con otra de las experiencias más especiales de todo el viaje: adentrarnos en el desierto de Wadi Rum y pasar una noche bajo millones de estrellas. Y si Petra nos enamoró con su historia, Wadi Rum lo hizo con su inmensidad.
¿Por qué es especial el desierto de Wadi Rum?
Situado a poco más de una hora y media al sur de Petra, Wadi Rum es conocido como el Valle de la Luna. Sus paisajes rojizos recuerdan a Marte: dunas infinitas, cañones estrechos y montañas de arenisca que parecen esculpidas a mano. No es casualidad que haya sido escenario de películas como Lawrence de Arabia, Star Wars o Dune.
Pero más allá de la pantalla, este desierto guarda algo único: petroglifos tallados hace miles de años, silencio absoluto y una sensación de aislamiento que te obliga a desconectar de todo. Aquí entiendes por qué en 2011 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Qué saber antes de ir a Wadi Rum
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No se puede visitar por libre: salvo que seas un experto en conducción en arena, lo normal es contratar un tour en 4×4 con guías beduinos.
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Alojamientos para todos los bolsillos: desde tiendas básicas hasta burbujas de lujo transparentes para dormir viendo las estrellas.
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Clima extremo: calor durante el día, frío por la noche. Ropa adecuada es fundamental.
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Sin cobertura: prepárate para desconectar.
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Actividades disponibles: paseo en camello, globo aerostático, rutas de escalada, o el famoso tour en 4×4 al atardecer.
Camino hacia Wadi Rum: del asfalto al silencio
Salimos temprano desde nuestro hotel en Petra con rumbo al sur. El paisaje fue transformándose poco a poco: de montañas rosadas a llanuras rojas infinitas. La carretera recta nos conducía al corazón de Wadi Rum, y cada kilómetro recorrido era una promesa de aventura.
De camino, paramos en la antigua estación de tren de Al Hejaz, un vestigio otomano que hoy parece un fantasma detenido en el tiempo. Un lugar perfecto para hacer fotos y empezar a sentir el peso de la historia en medio de la nada.
Entrada al desierto y tour en 4×4
En el Visitor Center de Wadi Rum sacamos las entradas (incluidas en el Jordan Pass) y dejamos el coche en el parking asignado por nuestro alojamiento: el elegante Memories Aicha Luxury Camp. Desde allí, un guía beduino del mismo hotel nos recogió en 4×4 y comenzó la aventura.
El motor rugió, el asfalto desapareció y el silencio del desierto nos envolvió: viento, arena y horizontes infinitos. Se abría ante nosotros el Valle de la Luna.
Durante el tour, descubrimos joyas arqueológicas y paisajes fuera de este mundo:
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Templo Nabateo, repleto de historia, al pie de acantilados emblemáticos.
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Dunas rojas, tan elevadas que parecían alcanzar el cielo.
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Cañón de Khazali con petroglifos milenarios que narran los secretos del pasado.
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Puentes de roca magistrales como el Little Bridge, Umm Fruth Rock Bridge y el imponente Burdah Rock Bridge.
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Lawrence House, donde historia y leyenda dialogan entre la arena.
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Restos tallados y mapas grabados en la roca, vestigios de un desierto fecundo en historias.
Cada parada fue como abrir un cofre secreto: inmensidad, silencio total y la sensación de que Wadi Rum estaba solo para nosotros.
El alojamiento: una joya viral de Instagram
Cuando llegamos al Memories Aicha Luxury Camp, nos recibió un entorno de glamping con cúpulas de vidrio y tiendas de estilo beduino, ancladas en uno de los escenarios más cinematográficos que hayas visto. Las domos —totalmente transparentes— permiten observar el cielo hasta el amanecer, ideal para quienes buscan experiencias visualmente sobrecogedoras.
Las cúpulas y tiendas están equipadas con aire acondicionado, baño privado (con ducha caliente), terraza y acceso a wifi, además de espacios compartidos como restaurante, salón, bar/shisha en una cueva, chimenea al aire libre, terraza o zona de barbacoa.
La experiencia incluye cena y desayuno tipo buffet, con platos locales e internacionales, también opciones para dietas especiales. Algunos viajeros destacan también el «zarb» (plato tradicional cocido bajo tierra) como una delicia que marca la experiencia.
Actividades adicionales que redondean la estancia
Además del tour 4×4 (que incluso pudimos conducir nosotros en un tramo, una experiencia emocionante que añadió adrenalina al viaje), el campamento ofrece múltiples actividades:
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Safari en jeep a más rincones recónditos de Wadi Rum.
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Paseos en camello, sandboarding, quad o rutas a pie guiadas por beduinos.
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Caminar para observación de estrellas, especialmente intenso en noches despejadas.
Atardecer en el desierto
A última hora de la tarde, el guía nos llevó a un mirador cercano a nuestro campamento. Allí presenciamos uno de los espectáculos más bellos del viaje: el sol escondiéndose tras las montañas de arenisca, tiñendo todo de naranjas y violetas. La arena roja parecía arder con la luz del atardecer.
Los beduinos nos ofrecieron un té con galletas. Sentados en la arena, con el vaso caliente en las manos, entendimos por qué este lugar se describe siempre como mágico.
Dormir bajo las estrellas en Memories Aicha Luxury Camp
La jornada culminó en nuestro alojamiento de ensueño: una cúpula transparente estilo marciano en medio del desierto. Desde allí, la experiencia fue indescriptible. Tras la cena beduina, nos tumbamos en la cama y apagamos las luces: sobre nosotros, el cielo más estrellado que habíamos visto nunca.
En Wadi Rum no hay contaminación lumínica. Cada estrella brillaba con fuerza, la Vía Láctea se dibujaba clara y la sensación de pequeñez era abrumadora. Dormir allí no es simplemente dormir: es entregarse a la inmensidad, sentir que formas parte de algo infinito.
Conclusión: una joya oculta en Jordania
El Día 6 de nuestro viaje a Jordania nos regaló una de las experiencias más memorables: descubrir el desierto de Wadi Rum y dormir bajo las estrellas. Más allá de lo que habíamos visto en películas, vivirlo en primera persona superó cualquier expectativa.
Wadi Rum no es solo arena y montañas: es historia, aventura, desconexión y belleza en estado puro. Una joya oculta que demuestra que Jordania es un país lleno de tesoros por descubrir.
Dormir bajo el cielo de Wadi Rum fue una de esas experiencias que se quedan grabadas en la memoria. Pero para disfrutar de un viaje así, lleno de aventuras en medio del desierto, es importante viajar con tranquilidad y seguridad. En nuestro caso, siempre confiamos en HOLINS como seguro de viajes. Y queremos recordarte que, usando nuestro código VIAJEROSNONSTOP10, tendrás un 10% de descuento en tu póliza. Así podrás dedicarte a vivir momentos únicos —como ver millones de estrellas desde tu cúpula en medio del desierto— sin preocuparte por los imprevistos.