Hoy se presenta una jornada intensa en nuestra ruta por Egipto. A la 06.00 de la madrugada dejamos el barco para visitar el famoso Templo de Luxor, ubicado en la antigua ciudad de Tebas, la gran capital del antiguo Egipto.
En la construcción de este templo dedicado al dios Amón intervinieron faraones como Ramsés II, Ramsés III y Amenhotep III. Fue finalizado en el siglo XX a.C. y en él destacan dos colosales estatuas de Ramsés II, de granito gris y 16 metros de altura. Son las únicas que han sobrevivido de las seis que había antiguamente (dos representaban al faraón también sentado, y las otras dos, de pie).
El obelisco de Luxor
La entrada al templo de Luxor es uno de los atractivos más impresionante del conjunto, en especial por la presencia de las grandiosas estatuas de Ramsés II ante las que se levanta un enorme obelisco de 25 metros y junto a él, se distingue el pedestal de otro.
El obelisco que falta fue trasladado a París en 1853, como regalo del valí de Egipto Mehemet Ali a Francia. El rey Luis Felipe I decidió colocarlo en la plaza de la Concordia.
En el interior del templo, nos encontramos con varios elementos de interés, como la mezquita del jeque Abu Haggag, que combina elementos egipcios e islámicos; una columnata procesional formada por catorces columnas dispuestas en dos filas; varios patios peristilos (uno añadido por Rámses II, y el otro, por Amenofis III), etc.
Por otro lado, en el templo de Luxor también se pueden ver vestigios de la época romana, que se realizaron por encima de algunas esculturas egipcias.
El Valle de los Reyes
Una hora y media después nos dirigimos hacia el río Nilo para cruzarlo en faluka y llegar al otro extremo donde tomaremos un autobús que nos llevará al Valle de los Reyes, una necrópolis del antiguo Egipto, en las cercanías de Luxor, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX), así como de la reina Hatshepsut y de algunos animales.
Los egipcios dejaron de enterrar a sus faraones en pirámides porque se dieron cuanta de que eran fácilmente saqueables y porque se trataba de construcciones carísimas. Por eso, cambiaron el estilo y se pusieron a realizar excavaciones en la rocas, y allí a preparar las tumbas.
En el Valle de los Reyes hay más de 60 tumbas numeradas de acuerdo al orden en que fueron descubiertas y es posible que se descubran más. No todas las tumbas están abiertas y se pueden visitar. Sólo están disponibles para el público unas pocas. La entrada normal para turistas cuesta unos 8 euros y da derecho a visitar tres tumbas. La de Tutankhamon requiere una entrada especial. Está prohibido fotografiar el interior de las tumbas (salvo que compres un ticket para hacer fotos sin flash por 15 euros). Entre otras destacan la de Ramsés III, Ramsés IV o Ramsés IX, que son las que visitamos nosotros.
Tumba de Tutankhamon
La entrada para ver la tumba de Tutankamon, el rey-niño de la dinastía XVIII, se paga aparte (cuesta unos 11 euros). No es la mejor, ni la más grande, ni la mejor decorada pero es un mito de la egiptología. Esta tumba se halló por pura casualidad en 1922. A pesar de ser una de las más pequeñas y menos espectaculares de todo el Valle de los Reyes, estaba repleta de tesoros impresionantes de incalculable valor.
Tumba de Seti I
Sin duda, la tumba más interesante de todo el Valle de los Reyes es la de Seti I, no sólo por ser la más completa, sino porque cuenta con los mejores acabados decorativos y arquitectónicos. Se trata de una de las tumbas más majestuosas de toda la antigüedad, de ahí el coste de la entrada para poder verla: ¡50 euros! Sí, sabemos que es caro, pero merece mucho la pena y no podíamos irnos de allí sin ver lo que albergaba. La tumba de Seti I está formada por una compleja sucesión de pasadizos descendentes, cámaras con columnas y un pozo a modo de protección.
Templo de la Reina Hatshepsut
Hatshepsut fue una mujer faraón perteneciente a la XVIII dinastía. Era hija del gran Tutomosis I y de su mujer, la esposa real Ahmose, aunque ella se consideraba hija del Dios Amón y por tanto una divinidad.
El Templo de Hatsepsut está dedicado a la única mujer que reinó en Egipto durante un largo periodo. Obra del arquitecto Sennenmut (mano derecha de Hatshepsut), el Templo de Hatsepsut es totalmente diferente al resto, ya que tiene una parte excavada en la roca, y otra exterior en forma de terrazas. Tardaron 15 años en terminarlo , de ahí su perfección y majestuosidad. También se le conocía como “Djeser-djeseru”, que significa “el más sagrado de los sagrados”.
Esta situado a la espalda del valle de los reyes, con toda la intención de conectar la tumba de Hatshepsut (KV20) con el templo funerario y así, dejar patente que fue un faraón con todos los derechos, ya que en este valle, sólo se enterraban a los faraones varones.
Para llegar hasta la puerta del templo, nos lleva un trenecito. Lo primero que vemos es una avenida flanqueada por esfinges y obeliscos y unas escaleras nos esperan para llegar a este famoso santuario. El templo está dividido en tres terrazas de 30m de altura cada una. Se trata de un lugar muy interesante en el que se pueden apreciar hermosos bajorrelieves con escenas del nacimiento y de la niñez de la reina Hatshepsut en algunas paredes.
Es importante que sepáis que en este templo hay muy pocas zonas de sombra y pega mucho el sol y el calor. Recomendamos que llevéis gorra o sombrero y agua suficiente. No obstante, en la puerta del recinto hay una cafetería con terraza donde podréis tomar algo y muchos locales vendiendo botellas de agua.
Fábrica de alabastro
Tras la visita al Templo de Reina Hatshepsut y, antes de llegar a los Colosos de Memmnon, es habitual hacer una parada comercial en una fábrica de alabastro. A nosotros nos llevaron a Sekhmet Factory Baster. Aquí podrás ver cómo trabajan el alabastro en vivo y en directo, te invitarán a tomar un refrigerio típico de Egipto y harán todo lo posible por que acabes comprando algún recuerdo (¡no olvides que el guía se lleva comisión!).
Colosos de Memnón
La última visita del día antes de dejar Luxor será a los Colosos de Memnón, dos gigantescas estatuas de piedra que representan al faraón Amenhotep III relajado, mirando al Nilo y al sol naciente. Las dos estatuas gemelas miden 14 metros de altura y se calcula que cada una pesa alrededor de 700 toneladas.
Las figuras marcaban el punto de entrada al templo funerario de Amenhotep III, el cual sufrió grandes daños a consecuencia de las inundaciones anuales del Nilo. De ahí que los faraones posteriores decidieran demolerlo y reutilizar sus materiales para construir otros edificios.
Paseo en Faluka
Volvemos al barco para comer, preparar maletas y descansar un rato antes de desplazarnos hasta el aeropuerto de Luxor para volar con destino a El Cairo. Como despedida, damos un paseo en faluka por el río Nilo.
Traslado en avión a El Cairo
A las 21.00 de la noche despegamos hacia El Cairo y en apenas 1 hora estábamos ya allí. Nuevamente nos desplazamos en autobús hasta el que sería nuestro hotel hasta el final del viaje: The Oasis Hotel Pyramids en Guiza (El Cairo).
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