44€ de vuelo han sido los culpables de que decidiéramos pasar un fin de semana de Febrero en Sofía, la capital y la ciudad más grande de la República de Bulgaria. Construida a los pies del monte Vitosha, Sofía es una ciudad que esconde numerosas sorpresas a los viajeros. Romántica, religiosa, retro, con huellas de haber estado habitada desde los años prehistóricos, la capital de Bulgaria está situada en el centro de la Península Balcánica.
Llegada a Sofía
Salimos del Aeropuerto de Madrid-Barajas un Viernes de Febrero a las 21:20 horas y llegamos a Sofía a la 01:55 horas en un vuelo de 3 horas y 35 minutos de duración (con una diferencia horaria de 1 hora más con respecto a España) operado por la compañía Wizz Air.
Como llegamos tan tarde, contratamos el servicio de transfer privado al hotel con la empresa Rideways por 16,10€ que dejamos reservado y pagado desde España. Lo recomendamos completamente. El conductor fue puntual y estaba esperándonos en el Aeropuerto de Sofía (situado a 11 km de la capital) a la hora indicada. En 20 minutos llegamos a nuestro alojamiento para las próximas dos noches: el Gloria Palace Hotel. Se trata de un hotel bastante normalito en el centro de la ciudad y desde donde pudimos acceder andando a todos los puntos importantes de la ciudad. Nos costó 66,21€, dos noches, habitación doble en régimen de sólo alojamiento (el desayuno buffet son 5€ por persona pagándolo allí). La reserva y el pago anticipado lo hicimos en ATRAPALO.
Primer día en Sofía
Cambio de divisas
A pesar de que Bulgaria ingresó en la Unión Europea en Enero de 2007, mantiene su propia moneda: el leva. Si no llevas dinero cambiado desde España (para un fin de semana no suele compensar), te recomendamos que busques siempre una casa de cambio en el destino para cambiar tu dinero, porque te va a salir mucho mejor que cambiarlo en tu banco o en el aeropuerto.
En nuestro caso, justo al lado del hotel (puerta con puerta) se encontraba una oficina de cambio de divisas con muy buenas referencias: CHANGE CROWN.
En estas fechas el cambio es de 1€ = 1,96 levas.
Iglesia de Boyana y Monasterio de Rila
La primera toma de contacto con las tierras búlgaras la realizamos fuera de Sofía, visitando la Iglesia de Boyana y el Monasterio de Rila, dos lugares sagrados e históricos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
- La Iglesia de Boyana es una iglesia ortodoxa búlgara del siglo X, situada en el barrio de Boyana al pie del macizo de Vitosha, que conserva en su interior una increíble colección de obras de arte medievales de Europa del Este.
- El Monasterio de Rila fue fundado en el siglo X por San Iván de Rila y está enclavado entre las impresionantes montañas del Parque Nacional de Rila, a 120 km de la capital de Bulgaria.
Para llegar a estos puntos tienes dos opciones: alquilar un coche o contratar el servicio de transporte. Nosotros optamos por la segunda opción.
Rila Shuttle te ofrece el transporte en minibús desde Sofía a la Iglesia de Boyana con 30 minutos para ver la Iglesia para después partir hacia el Monasterio de Rila, pasar 2 horas allí, comer y regresar a Sofía. La salida es a las 10 de la mañana de la Catedral de San Alejandro Nevski (podéis probar un desayuno búlgaro en la cafetería «La Cattedrale» que es el punto exacto del que sale el minibus). El coste por persona fue de 19€. A ello hay que sumarle 5€ por persona para visitar el interior de la Iglesia de Boyana (esto se paga directamente en la taquilla de la Iglesia).
Pasamos una jornada muy agradable que acabó con una gran nevada que sólo cesó al regresar a Sofía (para entonces sólo llovía). Aprovechamos el mal tiempo para entrar en la Catedral de San Alejandro Nevski. La entrada es gratuita, pero está prohibido hacer fotos. Si te pilla un monje, empiezan a perseguirte para que les des dinero para las fotos.
Ruta a pie por Sofía
La tarde del Sábado pensábamos dedicarla a hacer una ruta a pie recomendada por los VIAJEROS CHAVEYAS, pero sólo pudimos hacer la parte más cercana al hotel debido a la intensa lluvia. No obstante, por aquí os dejamos el recorrido:
- Catedral de San Alejandro Nevski.
- Universidad de Sofía.
- Monumento al Ejército Soviético.
- Monumento al Zar Libertador.
- Asamblea Nacional.
- Ópera Nacional.
- Museo arqueológico.
Boulevar Vitosha
Un ratito de descanso en el hotel hasta que para la lluvia nunca viene mal. De nuevo en marcha, bajamos andando hacia el Boulevard Vitosha, la calle principal del centro de Sofía en la que puedes encontrar una gran variedad de tiendas, restaurantes y cafeterías elegantes.
Para cenar, entramos en UGO RESTAURANT (en la misma Boulevar Vitosha) y salimos encantados. ¡Nunca he ido a un restaurante con tantísima variedad de ensaladas! Pedimos una ensalada de queso de cabra y tomate seco, una pizza de peperoni, otra hawaiana, dos Coca Colas y un agua por 45 levas. ¡DELICIOSO TODO!
Domingo en Sofía
El último día en Sofía lo dedicamos a seguir conociendo rincones de esta ciudad. Madrugamos y desayunamos en el hotel (buffet libre). Después caminos hasta el Palacio de Justicia desde donde sale el free tour en español (el único que hacen en español en Sofía) al que nos hemos apuntado con la empresa FREE TOUR SOFÍA. La ruta a seguir y puntos de interés fue la siguiente:
- Palacio de Justicia.
- Catedral de Sveta-Nedelya.
- Escudo de Armas de Sofía.
- Iglesia de Hagia Sofía.
- Estatua de Sofía.
- Iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska.
- Bulevar Largo
- Mezquita Banya Bashi.
- Sinagoga de Sofía.
- Baños Centrales y Museo de Sofía.
- Consejo de Ministros.
- Sede del antiguo Partido Comunista.
- Edificio de la Presidencia.
- Rotonda de San Jorge.
- Jardín de la ciudad.
- Teatro Nacional Ivan Vazov.
- Galería de Arte Nacional.
- Iglesia Rusa.
- Basílica de Santa Sofía.
- Catedral Alexander Nevski Cathedral.
Para comer, y antes de abandonar Bulgaria, fuimos al restaurante SKAPTOBARA donde disfrutamos de unas hamburguesas gourmet deliciosas.
Ya en el hotel cogimos un taxi para que nos llevara al aeropuerto que nos costó 20€. En Sofía los taxis no son nada caros y se convierten en una opción más para moverse por la ciudad. Como veis, Sofía no es un destino para nada caro y en un fin de semana tenéis suficiente tiempo para disfrutarlo.