Uno de los destinos europeos que más ganas teníamos de conocer es Praga, la capital de la República Checa. Situada a orillas del río Moldava, “La ciudad de las Cien Torres” es uno de los puntos clave del famoso circuito por las majestuosas ciudades imperiales de Europa Central y del Este (Praga-Viena-Budapest). En esta ocasión (y al igual que hicimos con Budapest) optamos por visitarla de forma independiente en el mes de Enero.
Vuelo y transporte hasta Praga
Los vuelos directos a Praga no son precisamente baratos, por eso cuando vimos la oportunidad de pasar 24 horas en Praga por 74€ (precio del vuelo por persona con Ryanair) no pudimos resistirnos. Salimos un Sábado a las 06:15 horas y llegamos a Praga a las 09:10 horas. Para llegar al hotel contratamos un transfer privado de ida y vuelta por 34€ con la compañía Prague Airport Transport. El conductor fue puntual aunque algo seco (como la mayoría de los checos).
Alojamiento en Praga
El alojamiento en esta ocasión fue un tanto original: dormimos en el BOTEL ALBATROS, un barco-hotel ubicado en el río Moldava. Lo contratamos por ATRAPALO con desayuno incluido por sólo 6€. ¿Increíble verdad? Chollos así se encuentran en muy pocas ocasiones. Dormimos en un camarote con 2 habitaciones con cama de matrimonio y dos camas individuales en el compartimento anexo y baño propio. La cama era muy cómoda y el camarote estaba muy limpio y tematizado como si nos encontráramos en un buque de verdad.
Cambio de divisas
En este viaje decidimos cambiar 100€ a coronas checas en la que, según comentarios de viajeros en Internet y de los propios guías turísticos, es la mejor oficina de cambio de la ciudad. Se trata de Exchange, una oficina situada en la calle Kaprova 14/13, muy cerquita de la Plaza Vieja y donde encontrarás el mejor cambio de la ciudad:
1 € = 25’7 coronas checas.
Pragueando
Como sólo teníamos 24 horas para conocer la ciudad, decidimos dejarlo todo en manos de la empresa Pragueando, para que nos enseñaran los encantos de Praga durante el día.
Empezamos con el “Free Tour de la Ciudad Vieja” de dos horas y media de duración y salida desde la Calle Celetná. Andrés fue nuestro guía en esta primera toma de contacto con Praga.
Desde las 11:00 visitamos la Plaza de la Ciudad Vieja, el Palacio Goltz-Kinsky, el antiguo y nuevo Ayuntamiento, la Iglesia de Nuestra Señora de Týn (una iglesia privada ubicada en el patio de una casa), el monumento a Jan Hus (el creador el checo) y el reloj astronómico (¡qué estaba en obras!). Imaginaos nuestra cara al buscar el reloj por toda la plaza y de repente descubrir que estaba camuflado tras unos andamios y que apenas 15 días antes había sido retirado para su restauración y en su lugar habían colocado una réplica. Fue un chasco muy grande, sin embargo, las explicaciones de Andrés sobre la historia del reloj, su creación y funcionamiento, fomentaron nuestras ganas de volver a Praga para verlo sin andamios.
Con el free tour también visitamos la Casa del Minuto, la Iglesia de San Nicolás, la casa de Kafka y su estatua (dicen que si tocas sus pies con los ojos cerrados y pides un deseo, éste se cumple), la calle de las tres religiones, la sinagoga a española, el cementerio, el Puente de Carlos…
La mañana con Andrés fue muy amena e interesante y además hicimos una parada de unos 20 minutos en una cervecería para probar la cerveza checa e ir al servicio. Como dato curioso, en Praga el agua y los refrescos son más caros que la cerveza y la media de cerveza que bebe un checo al día es de 4 litros (pero tranquilos que aquí la cerveza es más ligera que en España).
Alrededor de las 14:00 habíamos acabado el free tour y teníamos exactamente 30 minutos para comer algo y volver a la Plaza Vieja para hacer el “Tour del Castillo” a las 14:30 horas, también con Pragueando.
Comimos algo rápido en un KFC checo y nos dirigimos a la Plaza de la Ciudad Vieja. Allí nos esperaba Jose, el guía que nos acompañará durante esta visita. He de decir que nos pareció un auténtico hormiguero de gente lo que había en la Plaza. Estaba llena de grupos de free tours y excursiones por todos lados. Nosotros reservamos todos desde España, pero está claro que con tanta oferta lo raro es irse de Praga sin hacer un free tour o tour guiado.
El Tour del Castillo combinado con el de la Cerveza cuesta 22€ por persona.
Para llegar al Castillo cogimos un tranvía que estaba incluido en el precio del tour (salimos de la Plaza de la Ciudad Vieja), pasamos el control de seguridad y visitamos la catedral y el complejo de Palacios del Castillo, vimos el cambio de guardia y proseguimos la ruta hacia el barrio de la Malá Strana, el Puente Carlos y el muro de John Lenon, además de la iglesia donde se encuentra el Niño Jesús de Praga. Casi 4 horas de tour que se pasaron volando gracias a la simpatía de Jose, nuestro guía madrileño que se enamoró de una checa y también de su ciudad.
Media hora de margen para volver a pasera por la Plaza de la Ciudad Vieja que en estas fechas está llena de mercadillos de comida y dulces típicos y volvemos a encontrarnos con el equipo de Pragueando para hacer el famoso “Tour de la Cerveza” que daba comienzo a las 19:00 horas. No podíamos irnos de Praga sin catar más cervezas, así que nos unimos a Koldo, nuestro guía vasco cuya vida en Praga no puede ser mejor gracias a los “tours de la felicidad o tour de la birra”, como él los llama. Durante el tour consigue transmitir su pasión por la cerveza a todos los asistentes. Nos llevaron a 3 cervecerías diferentes situadas en 3 puntos de la ciudad donde tomas medio litro de cerveza en cada una. En total: 3 cervecerías y 3 tipos de cerveza (rubia, tostada y negra), acompañadas de historietas y anécdotas sobre los checos y su pasión por la cerveza.
Después del tour fuimos a cenar a un restaurante checo recomendado por el guía Andrés (que también nos acompañó en el “Tour de la cerveza”), donde comimos costillas con ensalada y, por supuesto, cerveza.
Para nuestra sorpresa, Praga, aparte de ser una ciudad muy romántica, es una ciudad donde hay mucho ambiente nocturno hasta altas horas de la madrugada. Vimos a muchos jóvenes y universitarios disfrutando de la noche checa, por lo que recomendamos como destino de fiesta y de cerveza.
Tras la cena volvimos en UBER al barco-hotel (situado al lado de una disco-barco o barco-disco, como prefiráis) y a las 10:15 despegamos de regreso a casa.
Nos han quedado muchas cosas pendientes, por lo que el regreso a Praga es obligado. No obstante, os recomendamos 100% cualquiera de los tours de Pragueando.